Cada día encontramos más motivos
para pedir la dimisión del ministro Wert. La aplicación en Primaria de su
dichosa Ley, la LOMCE, está siendo imposible, desigual y carísima. El próximo
curso empezará, si no lo remediamos en las urnas, su aplicación en Secundaria y
será con toda seguridad un nuevo desastre tanto pedagógico como económico. En
unos años será insoportable la educación pública por caótica, ineficaz, sin
recursos y sin posibilidades.
Lo último que se le ha ocurrido
es reformar la duración de las carreras universitarias. Quiere que en tres años
se consiga el Grado y haya que cursar dos años más de Máster para terminar.
Esto significa que la formación será muy básica y generalista ya que solo
durará tres años y que la especialización o Máster tendrá que pagarse al precio
que marque el mercado porque en España este tipo de estudios no está
subvencionado.
El Máster más barato vale 2700
euros y el más caro 7000, si lo multiplicamos por dos, acabar los estudios superiores supondrá entre
5400 y 14000 euros por estudiante.
Ningún rector o rectora ha sido
consultado y por supuesto todos se oponen a tamaña majadería con argumentos
pedagógicos, económicos y laborales. Cada universidad podrá implantarlo cuando
quiera y con los precios que quiera, con lo cual la competencia será feroz,
sobre todo con la privada que ofertará Máster baratos con tal de tener alumnado
y este estudiará en la privada sin importarle la calidad con tal de tener un
título.
Es la muerte de la educación superior pública.
¿Quién estudiará a partir de
ahora?, ¿qué familia se permitirá el lujo de dar carreras a sus hijos e hijas?,
¿dónde queda la igualdad de oportunidades?
La universidad será coto privado
de ricos, de familias pudientes cuyos hijos serán los únicos que tendrán
estudios. No importará el talento, no importará la justicia social ni la
igualdad de oportunidades. Si se tiene dinero se estudia y si no no. Esto suena
a otro tiempo no muy remoto, en el que el hijo y la hija del la clase
trabajadora no podía estudiar.
Izquierda Unida en el Parlamento
Europeo ha planteado lo injusto de esta propuesta del PP, en el Congreso de los
Diputados también donde se ha topado con el muro de la mayoría absoluta una vez
más.
La Universidad todavía es un
negocio rentable y para que lo sea más se facilita su privatización, de un modo
o de otro, deteriorando la pública o permitiendo precios competitivos de la
privada.
El panorama estudiantil apunta a
una juventud sin estudios pasto de trabajos esclavos con sueldos miserables y
posibilidades de emancipación nulas. El PP contra la juventud española.
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