El pasado martes en
Tárrega, Lleida, un joven de 18 años asesinó a su novia de 14. Algunas fuentes
del entorno de los jóvenes afirman que la chica había roto la relación un par
de semanas antes. Según El País “los expertos alertan de que los casos de
violencia de género protagonizados por menores han aumentado en los últimos
años. En 2011, se investigaron 473 asuntos de violencia de género en los que
alguno de los dos miembros o ambos eran menores; el año pasado se registraron
632, según la Memoria de la Fiscalía General del Estado”.
Tanto psicólogos como
personal administrativo encargado de este tema apuntan a la necesidad de educar
más y mejor. Susana Martínez de la Comisión de Estudios de Malos Tratos a Mujeres
insiste en la importancia de atajar los comportamientos machistas desde el
inicio. En materia de violencia de género más vale prevenir que curar. Además
proponen nuevas aplicaciones para los
móviles que sean medios de prevención y ayuda para las menores.
Sin embargo, a pesar
de las evidencias, nada en nuestro sistema educativo, tan controvertido con la
nueva Ley, apunta a que sea un tema relevante ni en las asignaturas o materias
ni en la formación del profesorado. El afán privatizador que motiva la nueva
Ley educativa hace que, otra vez, como en la dictadura, las relaciones
personales vuelvan a ser asunto “de puertas para adentro” donde nadie se
inmiscuye y la mujer sale siempre mal parada. Se desprecia, al no dedicarle
atención, las relaciones personales como importantes en la formación del
alumnado, especialmente las de pareja en la adolescencia. Al no tratarla, los
mitos, las tradiciones, los prejuicios campan a sus anchas y se perpetúa el
modelo machista desigual que asesina a las chicas. No interesa enseñar una
sanas e iguales relaciones porque tal vez pudiera ser que la mujer se
considerara igual al hombre no sólo en el ámbito amoroso sino que quisiera ir
más allá y reivindicar sus derechos como persona, lo cual estaría reñido con el
modelo de sociedad patriarcal que las políticas actuales quieren mantener y
alimentar con sus decisiones legales, un ejemplo de ello es la nueva Ley
educativa que fomenta con dinero público los colegios que segregan por sexo,
entre otras muchos ejemplos que nos conducen al pasado más oscuro del siglo XX
español.
CONTRA
LA VIOLENCIA DE GÉNERO: TOLERANCIA CERO
ÁREA
DE LA MUJER DE IZQUIERDA UNIDA DE CUENCA
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