Oficialmente, en lo que va de año, han sido asesinadas en
España 33 mujeres a manos de sus parejas o exparejas, 35 según fuentes
feministas. En cualquier caso, al menos una mujer a la semana es asesinada por
violencia de género. Estamos como cada año, sin novedades en el campo de la
igualdad y la violencia, terreno este en el que siempre sale perdiendo la
mujer.
Parece que hablar de violencia de género con la que está
cayendo fuera algo secundario, incluso frívolo en algunos contextos. Sin
embargo no puede ser más revelador del momento actual. Se oculta la realidad
para seguir justificando medidas que van contra las personas de a pie, lo mismo
que se oculta el machismo y el sexismo, así se justifican los recortes en
igualdad, en prevención de violencia de género, en educación en valores, en
recursos, humanos y materiales, en las distintas administraciones sobre este
tema, en Organizaciones No Gubernamentales que hacían una tarea que competía al
estado.
Estamos inmersas/os en una situación que no hemos elegido y
de la que salen mal paradas, entre otros muchos colectivos, las mujeres con riesgo de ser maltratadas,
violadas y vejadas por sus parejas o exparejas, porque siempre que hay clima de
violencia, institucional, militar o social, son las primeras en caer. Una mujer
que necesita abandonar su casa para sobrevivir no tiene a dónde ir, su médico
de cabecera no tiene tiempo para atenderla, en urgencias no hay suficiente
personal, ni en la comisaría, ni en servicios sociales hay personal suficiente.
Aquí, mañana o cualquier otro día, ni siquiera podría coger un autobús para
escapar de su maltratador, porque están en huelga por impago de sueldo.
Nadie le daría un puesto de trabajo adecuado porque los que se
ofrecen son con sueldos insuficientes para pagar los gastos de una casa y
alimentar a una familia. El subsidio de desempleo no se concede si vives con
algún familiar que trabaje, incluso aunque se le concediera, con 400 euros
tendría bastantes posibilidades de volver a ser maltratada. Muchas mujeres
sufren enfermedades de todo tipo como consecuencia del maltrato psicológico y/o
físico que le causa su agresor. Ahora tienen que pagar más por los medicamentos
que necesitan. Si la mujer es inmigrante y está sin papeles es mucho peor. Como
hace años.
Los malos tratos siguen existiendo en la misma medida que lo
han hecho siempre. La solidaridad que se espera al compartir una injusticia no
acaba de aparecer en nuestra sociedad individualista, y esto también salpica a
la mujer maltratada. El silencio cómplice es una realidad, la indiferencia a lo
que le sucede al otro/a es un hecho diario. Se mantienen los esquemas mentales
por lo tanto se mantienen los comportamientos sexistas.
El terrorismo machista no está tan considerado como cualquier
otro tipo de terrorismo. Ningún fiscal, que yo sepa, ha recurrido sentencia
alguna sobre un maltratador para pedir más pena que la que un juez ha ordenado.
Estos y otros son los hechos que demuestran el nivel de concienciación de la
sociedad ante la violencia hacia la mujer.
CONTRA LA VIOLENCIA DE
GÉNERO: TOLERANCIA CERO
ÁREA DE LA MUJER DE
IZQUIERDA UNIDA DE CUENCA
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