Hoy sabemos qué sucede con las mayorías absolutas en el poder. Hoy sabemos que la desobediencia civil ha conseguido derechos universales. Hoy sabemos que uso de la fuerza no es la fuerza de la razón y que la paz es mejor que las armas. Hoy sabemos que hay leyes contrarias al bienestar de la ciudadanía y que se deben y pueden cambiar. Hoy sabemos que la ignorancia es necesaria para imponer los totalitarismos y la crisis la excusa perfecta para votar a quienes los representan. Hoy sabemos que estar sin trabajo supone no contribuir al Estado por lo que tener trabajo es garantizar los derechos sociales básicos. Hoy sabemos que las grandes empresas ganan siempre. Hoy sabemos que a la clase trabajadora le cuesta mucho mantenerse con dignidad y que a la mínima oportunidad se la quita la patronal con el beneplácito de la clase política mayoritaria. Hoy sabemos que la deuda de España no es mayor que la media europea. Hoy sabemos qué clase de políticas nos han llevado a esta situación.
Pero también sabemos que somos una inmensa mayoría y la fuerza del número es una ventaja para nuestras reivindicaciones. Y sobre todo SABEMOS. No somos ignorantes, no somos incultos, tenemos memoria, tenemos información, tenemos medios y tiempo. Antes de que nos quiten lo que todavía tenemos hay que aprovecharlo y usarlo para practicar la desobediencia civil. No tiene sentido mantener a una clase política que trabaja intensamente contra la ciudadanía. No tenemos por qué consentir decretos que impiden la educación pública, la sanidad pública y los servicios sociales públicos.
La conciencia que tanto ha costado tener de la realidad y de la verdad debe servir para actuar. No podemos saber y no hacer. Mirar para otro lado es propio de los corruptos y políticos neoliberales. Nosotros no somos iguales. La mayoría parlamentaria, la mayoría regional, incluso la mayoría local, no está legitimada para hacer de capa un sayo. No todo vale en política. ¿Quién contrataría a una persona para que le arruinara el negocio? No somos tontos. Hoy sabemos, hoy hay que actuar. Ante la agresión cada más mayor de las administraciones públicas la contestación social ha de estar a la altura y contrarrestar la violencia recibida.
Hay mujeres que ya no sufren malos tratos de sus parejas y ahora la sufren de sus políticas. Hay mayores dependientes que reciben olvido y desprecio de sus políticas. Hay menores a los que la violencia institucional les hace ser más violentos. Hay estudiantes que no pueden estudiar una carrera por la violencia de las tasas. Hay estudiantes que carecen de calidad en sus estudios por la violencia del recorte de profesorado, recorte de de instalaciones en condiciones. Hay enfermos, de todas las edades y condiciones, que sufren violencia en los ambulatorios y hospitales por la espera para ser atendidos, algunos incluso mueren de esta violencia. Hay muchos jóvenes que sufren la violencia de no disponer de espacio para realizar su vida porque nunca podrán pagar una vivienda, ni siquiera de alquiler. Hay cinco millones de personas en edad de trabajar que son violentados a diario por instituciones, empresas y oficinas de empleo, millón y medio de ellos no percibe ni un céntimo de euro al mes.
Sobran las violencias, los malos tratos, el desprecio, la indignación ante tanto delito institucional. Sabemos, ACTUEMOS.
Izquierda Unida de Cuenca forma parte de todas las reivindicaciones contra las políticas de recortes practicadas por todas las administraciones, ya sean locales, regionales o nacionales.
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