Tras los malos datos de empleo joven en Castilla la Mancha publicados en el último informe del Observatorio Joven de Empleo, el Área de Juventud de Izquierda Unida de Cuenca considera que es el momento de dejarnos de ambigüedades y realizar políticas que apuesten por un modelo productivo sostenible, justo y de pleno empleo.
Los jóvenes de Izquierda Unida de Cuenca no podemos estar nada contentos con los datos publicados el último informe del Observatorio Joven de Empleo de Castilla la Mancha en los que se indica que 1 de cada 4 jóvenes de Castilla la Mancha están en situación de desempleo, que los jóvenes asalariados que han completado estudios universitarios tienen un contrato temporal en mayor proporción que los que han completado otro nivel de estudios, o cuando el acercamiento entre el paro masculino juvenil (25,3%) y el paro femenino (26,6%) se produce por un mayor aumento del desempleo de los hombres.
Ante la situación devastadora del empleo juvenil en esta Comunidad Autónoma el Consejo de Juventud de Castilla la Mancha es ambiguo en las propuestas y nada crítico con la pésima política de Barreda y su equipo de Gobierno.
Nosotros, los jóvenes de Izquierda Unida, realizamos crítica constructiva; crítica porque los datos y su evolución reflejan que poco o nada se está haciendo en política de empleo regional; y constructivos porque no nos perdemos en pequeñas ambigüedades como el Consejo de la Juventud al decir que “debe seguir apostando por los planes que aúnan formación y empleo” cuando resulta que la temporalidad de los jóvenes más formados es más alta que los de menor nivel formativo.
En este momento donde existe dinero para salvar el sector de la construcción y bancario, con decisiones tan poco progresistas del gobierno de Castilla la Mancha como las Viviendas de Iniciativa Público Privada, deberíamos de cambiar el enfoque, dejar de tapar los agujeros de un sistema que se “auto-recalienta” y genera beneficios para los ricos en épocas de bonanza y pérdidas de empleo, poder adquisitivo y condiciones laborales para los trabajadores en los momentos de crisis como el actual.
Ahora hay que apostar por la democratización de la economía, realizando entre todos, un nuevo modelo económico que sea sostenible, participativo y generadora de riqueza y de puestos de trabajo de calidad; donde la riqueza generada se distribuya de una manera justa e igualitaria entre todos sus miembros, y no como ocurre cuando se "privatizan los beneficios y se sociabilizan las pérdidas"
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