El pasado
miércoles 10 de diciembre volvimos a tener otra trágica noticia sobre violencia
de género. Varias mujeres, en un pueblo de Vizcaya dos (esposa y suegra del
asesino) y en otro de Valencia, habían
sido asesinadas por sus parejas. En el último caso estando en trámites de
separación.
La policía
estima los casos con riesgo nulo o bajo en la mayoría de las denuncias. Los
jueces y juezas piden más recursos. Las organizaciones de mujeres maltratadas
alertan de la injusticia que supone la custodia de los hijos e hijas concedida
a los maltratadores y mientras la responsabilidad política brilla por su
ausencia.
También el
pasado miércoles 10 de diciembre se cumplían 66 años de la firma de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos por la ONU. ¡Qué tremenda
paradoja! El derecho a la vida, la dignidad, el respeto, la igualdad o la
justicia, valores que recorren cada uno de los 30 artículos que componen la
Declaración, se vuelven papel mojado en los casos de violencia de género.
Acabará otro
año como los anteriores, asumiendo que en doce meses cerca de 50 hombres
asesinan a sus respectivas parejas o exparejas, que estos datos forman parte de
los resúmenes de sucesos, que es algo normal de nuestra sociedad. Nunca se da
el paso a la reflexión, a la toma de conciencia, al análisis necesario que
conduzca a la prevención. No se ponen medios y los que hay se quitan. No se
percibe la necesidad de actuar, la urgencia de tomar medidas porque esto por sí
solo no cambia.
Nuestra
cultura se inventa los Derechos Humanos y también los viola diariamente. Es la
cultura que permite tradiciones machistas, que perpetúa modelos sociales
sexistas, que mantiene el patriarcado bien asentado en el poder. Y aquí no pasa
nada.
Una vez más
desde el Área de la Mujer de Izquierda Unida de Cuenca decimos Basta Ya de
saber y no actuar, Basta Ya de no asumir responsabilidades, Basta Ya de no
poner las herramientas educativas, judiciales, policiales, médicas, informativas
y civiles en definitiva que puedan contribuir a que la violencia contra la
mujer vaya desapareciendo hasta extinguirse. No nos conformamos con otros
objetivos más pequeños porque la vida de decenas de mujeres está en juego. En
muchos casos también de sus hijos e hijas, de sus familiares y amigos, de sus
compañeros y compañeras de trabajo. Nos afecta a todos, nos afecta a todas.
CONTRA LA
VIOLENCIA DE GÉNERO: TOLERANCIA CERO

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