Estimados
compañeros:
El
próximo sábado día 27 nos reuniremos, al mediodía, en la sede de Izquierda Unida para recordar a la
compañera que se nos fue, Carmen la Francesa.
Lo
haremos como a ella le gustaría, con comida, bebida, llamamientos a la lucha a
la reivindicación permanente con canciones revolucionarias pero también con Edif
Piaf y copla…
Todos
sabemos como era Carmen, este escrito intenta reflejar su letra, esa letra
picuda gótica florida que todos recibíamos
en nuestras casas, ya fuera para recordarnos que debíamos una cuota, como para
mandarnos los bonos, insistiendo año tras año lo importante que era su venta
para el sostenimiento del partido, como la lotería de navidad.
Carmen
era la mujer identificada con el Partido Comunista en Cuenca. Era la mujer que
proclamaba su militancia con orgullo, que se reivindicaba de la izquierda y confrontaba con quien hiciera falta.
Carmen
era una mujer generosa, la política no le dio nunca nada material, nunca obtuvo
rentas de ella, todo lo contrario, su casa sirvió durante mucho tiempo de
pensión para muchos militantes, proporciono sede al Partido con una renta
exigua, su dinero era el primero para
invitar a sus compañeros y las derramas, cuando las había, ahí estaba ella.
Carmen
era una mujer trabajadora, durante años abrió diariamente la sede del PCE,
dispuesta a trabajar en todas las campañas electorales, pegando carteles,
rellenando sobres, yendo en aquellas candidaturas cuando hizo falta…
Carmen
era una leal. Reconocía perfectamente a sus compañeros y nunca jamás traicionó
a ninguno.
Carmen
era honrada. Fue honrada en lo personal,
fue honrada en lo político fue honrada en lo material.
Carmen
fue amiga de sus amigos y sus camaradas y compañeros eran amigos y así los
trataba.
Carmen
no vio transformada la sociedad capitalista, tampoco vio que su partido
obtuviera esos apetecidos y trabajados
resultados electorales, pero eso nunca la desanimo, ni quebró su ideología,
ni su lucha. Solamente marcho cuando la enfermedad y la muerte se lo impusieron,
pero os puedo asegurar que no fue por voluntad propia, lucho hasta el último
minuto.
Yo
estoy segura, y la conocía bien, que este pequeño homenaje a ella le llenaría
de satisfacción en un doble sentido primero porque hará posible que nos
juntemos compañeros que es posible que llevemos años sin vernos y en segundo
lugar porque terminaremos hablando de política, aunque entre medias comamos,
cantemos y brindemos por ella.
Ya sabéis que llevaremos cada uno lo
que podamos, pero el que no pueda por la razón fuere, que se acerque que seguro
que habrá para todos y si no se comparte.
Por
nuestra Carmen y por su memoria os espero, Un abrazo, salud y república,
Fdo:
Elena Iniesta Lozano
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