“En Cuenca no hace falta que se cambie de barrio un centro de salud, lo que hace falta es que haya uno en cada barrio”

IU Cuenca tiene otro argumento más, y ya son muchos, para oponerse a la política de Cospedal, esta vez en materia sanitaria.

En Cuenca ciudad han cerrado el centro de salud III, de San Fernando, para abrir el IV, de Villa Román. Sin embargo,  desde la Consejería de Sanidad de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha sólo informan de lo segundo. Esta es la manera típica que ha adoptado la Junta para comunicar a la ciudadanía su política. Trata a la gente como si fuera tonta y lo hace en su cara. Esta vez a los vecinos de San Fernando y alrededores que tendrán que usar los servicios médicos lejos de sus domicilios y compartidos con otro barrio.

Tanta desfachatez solo puede tener un objetivo y es seguir recortando en sanidad pública caiga quien caiga, para favorecer a la privada, usando mal el dinero público.

Para Izquierda Unida de Cuenca esta mentira lo es desde el mismo nombre que se le da al nuevo centro puesto que lo llaman IV y sólo hay tres al haber eliminado precisamente el 3º. “La ciudadanía conquense está más que harta de las políticas electoralistas, mentirosas y recortadoras que la Junta practica a diario. En Cuenca no hace falta que se cambie de barrio un centro de salud,  lo que hace falta es que haya uno en cada barrio. Los inconvenientes que está generando afectan tanto a usuarios como a profesionales”

Tenemos un hospital cada vez más precario en todos los sentidos y ahora un centro de salud desplazado para cubrir el doble de necesidades. A este paso la salud pública en Cuenca va a ser un recuerdo de tiempos remotos.

Las y los conquenses pagan impuestos, vivan en el barrio que vivan, igual que el resto de ciudadanía ¿por qué no tenemos un servicio público de salud normalizado? No hay herencia que justifique el dolor y el sufrimiento de las personas enfermas. Se hace urgente gestionar bien la sanidad, es cuestión de vida o muerte, sin salud pública de calidad Cuenca vivirá, otra vez, en tiempos de carestía, con niveles de vida ínfimos, con población que emigre y sin posibilidad de progresar.