Hechos tan repugnantes y
atentatorios de los Derechos Humanos como el secuestro de más de 200 niñas en
Nigeria ya sea éste con fines de matrimonios forzosos o con fines de
explotación sexual y de trata de mujeres, probablemente no se producirían sino
hubiese por detrás un mercado de consumidores, preferentemente hombres.
La
compra de cuerpos de mujeres, como un bien objeto de tráfico mercantil está
destinada a dar “satisfacción” a una demanda, alentada y/o tolerada en mayor o
menor medida por nuestras Sociedades.
La posibilidad, de que a través de
las redes de trata de mujeres con fines de explotación sexual , el destino de estas
mujeres, niñas, sea España, al igual que
otras tantas y tantas mujeres anónimas , apoya la evidencia de que nuestra
Sociedad, tan occidental, no se escapa a esa condición de cómplice y
consumidora y a esa imagen de destino de “turismo sexual” que muchas veces se
fomenta implícita o explícitamente, desde distintos estamentos y sectores de
nuestra “avanzada” Sociedad.
Europa, debe actuar decididamente
contra el tráfico de seres humanos, fundamentalmente mujeres, pobres y del llamado tercer mundo,
destinadas a la prostitución, y que llegan a Europa para uso y consumo de unos
clientes que sustentan todo el entramado de uno de los negocios más lucrativos
del mundo, como es el mercado de la prostitución y que se lleva por delante
todos los Derechos Humanos y todas las Leyes Internacionales de protección y
defensa de las personas, bajo la pasividad de nuestros gobernantes más
preocupados en levantar vallas a la libertad que a levantarlas contra lo
realmente ilegal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario