El mes pasado hubo cuatro mujeres asesinadas a manos de sus
parejas o exparejas, una cada semana. En Elche de la Sierra (Albacete), en
Benaguasil (Valencia), en Madrid y en Calpe (Alicante).En este mes, en apenas
una semana, dos más, en Artá (Mallorca) y en Ciudad Real. Como veis el comienzo
de año no es nada halagüeño en materia de violencia de género. Como en tantos
otros asuntos relativos a la mujer, no
se invierte lo suficiente en detección temprana, educación en valores,
prevención o asesoramiento.
El último caso hasta ahora, el de Ciudad Real, llama la
atención porque el asesino estaba denunciado y con orden de alejamiento, se le
había retirado el arma, ya que era policía local, sin embargo el día cinco de
febrero el juez levanta la sanción y aunque no le devuelve el arma le suspende
la orden de alejamiento. Al día siguiente le dispara tres tiros a su mujer
cuando esta salía de un supermercado, después se suicida en un aparcamiento
cercano.
No siempre es fácil valorar adecuadamente el riesgo que
corren ciertas mujeres en sus relaciones sentimentales. No siempre es fácil
prever acontecimientos macabros. Pero siempre es mejor poner todos los medios
para correr el menor riesgo posible. También le corresponde a la justicia
actuar con prudencia y aplicar sanciones y levantarlas responsablemente.
Las comparaciones son odiosas pero es imposible olvidar que
estos días la justicia sanciona a personas que informan sobre los riesgos que
se corren con ciertas medidas económicas en educación o sanidad, que demuestran
con hechos el empeoramiento de los servicios públicos. Les cae suspensión de
empleo y sueldo de diez días mínimo. Y sin embargo, esa falta de información,
de prevención con consecuencias mortales en el caso de violencia de género, se acepta
como algo inevitable y sin responsabilidad judicial. Es bueno que la
reinserción sea un objetivo importante para la justicia, por eso se debe ser
muy escrupuloso y prudente en cada caso, especialmente en estos en los que ya
hay bastantes antecedentes.
En la actualidad, tenemos la sensación, que se confirma a
diario, de que la justicia no es igual para todos, que los casos de violencia
de género no se atienden con toda la seriedad que exigen y que otros, como la
libertad de expresión a favor de la calidad de los servicios básicos, se
persiguen con extremada dureza. Desde Izquierda Unida entendemos que no es
casual esta circunstancia sino que obedece a una ideología instalada en el
poder en la que las personas no importan, sobre todo si son mujeres víctimas de
violencia de género.
CONTRA LA VIOLENCIA DE
GÉNERO: TOLERANCIA CERO
ÁREA DE LA MUJER DE
IZQUIERDA UNIDA DE CUENCA
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