No sólo ha mermado la calidad de la
enseñanza este curso que ahora acaba sino que para el próximo, la presidenta
regional, a través de la
Consejería de Educación, ha decretado una batería de medidas
para desmantelar la
Educación Pública definitivamente.
El negocio de las privatizaciones está
servido. Si pagamos centros privados tendremos educación, si pagamos impuestos
no. La educación de nuestros hijos e hijas será deficitaria en todo:
instalaciones, profesorado, materiales, transporte y hasta el comedor de las
familias más necesitadas, todo será nuevamente recortado.
La palabra educación es un eufemismo. La
palabra calidad se ha extinguido. El fraude político es un hecho clamoroso, una
realidad incuestionable, porque ¿a dónde van nuestros impuestos?, ¿por qué no
se destinan euros suficientes a atender los servicios públicos? Estamos
cobrando menos y pagando más impuestos ¿por qué los niños, adolescentes y
jóvenes tienen que ser tan mal tratados por la administración mantenida por sus
padres y abuelos?
Las universidades que impartan carreras
relacionadas con la educación formarán personas que irán directamente al paro.
Maestros y maestras con plaza definitiva en Cuenca podrán verse desplazados a
pueblos u otras provincias. Profesoras y profesores de secundaria, con plaza
definitiva en sus centros, podrán compartir centro en Cuenca o desplazarse
fuera de la ciudad.
Las clases se masifican y la atención
individualizada desparece totalmente, como el aula de convivencia, los
programas de integración, las prácticas de ciencias, las ayudas al estudio, los
departamentos de extraescolares, el profesorado interino, las sustituciones por
enfermedad, entre otras clamorosas desapariciones como 37 escuelas rurales.
Eso sí, las personas que imparten
religión católica ahora serán miembros de la Comisión de Coordinación
Pedagógica (CCP), será porque son nombrados por el señor obispo y esto les
faculta para tomar decisiones educativas aunque no sean profesores.
Por todo lo anterior, Izquierda Unida de
Cuenca pide la dimisión del consejero responsable de la Consejería de Educación
de Castilla La Mancha Marcial
Marín y del Coordinador de los Servicios Periféricos de la Consejería de Educación
en Cuenca Francisco Carrascosa, por aceptar directrices contrarias a la
educación pública de los y las conquenses e imponerlas, a través de Decretos, a
los centros educativos públicos.
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