Lo que anticipábamos hace un par de semanas se está cumpliendo, este mes de abril es uno de los más macabros en materia de violencia de género, los cuatro lunes que lo componen hemos venido a denunciar que al menos un hombre ha asesinado a su pareja o expareja en este país, hasta hoy han sido 10 las mujeres asesinadas en lo que va de mes. Nunca había ocurrido desde que realizamos esta iniciativa hace ya cuatro años.
Esta semana ha sido en Gijón, con una escopeta de caza, ambos españoles y mayores de 40 años. La historia se repite tantas veces que ya no sentimos impacto alguno ni por los detalles ni por el hecho en sí. El delegado del Gobierno en Asturias, preocupado por esta la tercera mujer que es asesinada por violencia de género en su comunidad en lo que va de año, uniprovincial como sabemos, ha dado instrucciones a las fuerzas de seguridad para que se “intensifique el celo y la diligencia” ante cualquier sospecha de que pueda existir una situación de violencia de género.
Pero no sólo le compete a la policía, que también, sino al conjunto de la sociedad estar alerta y denunciar, aunque ya sabemos que se da un importante porcentaje de denuncias que se retiran y mujeres que se retractan, incluso existiendo parte de lesiones y hechos objetivos que corroboran la acusación. Los expertos nos dicen que se retira la denuncia por miedo, por proteger al agresor de una posible condena, por proteger a los hijos de ver a su padre en un proceso judicial, por desconfianza hacia la eficacia de la justicia temiendo efectos peores, por darle otra oportunidad a él, por no crear enfrentamientos en las familias, etc. La conclusión es clara, desde fuera de la pareja se puede y debe denunciar ya que todos estos motivos no nos afectarían como a las víctimas. También sabemos que es muy difícil hacer cambiar de idea a la gente, entre otras cosas porque las falsas creencias o mitos que sostien la superioridad del hombre sobre la mujer no obedece a ninguna razón lógica y por tanto no se combate con argumentos lógicos o racionales. El imaginario colectivo sobre el machismo tiene una fuerza poderosa que le hace invulnerable y se cobra muchas muertes al cabo del tiempo. Hay que romper con la incongruencia de las creencias absurdas, dominadoras, las que culpabilizan a las víctimas, las que sientan en el banquillo de los acusados a quienes sufren, las que permiten los abusos de poder, las desigualdades, los crímenes impunes y las discriminaciones.
ÁREA DE LA MUJER DE IZQUIERDA UNIDA DE CUENCA
CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO: TOLERANCIA CERO
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